El último domingo, un destacado hecho científico se anotó en la historia de la ciencia de nuestro país. Sucede que la Argentina lanzó el satélite Saocom 1B, lo hizo a bordo de un cohete Falcon 9 de la compañía Space X que despegó desde la base de Cabo Cañaveral ubicada en Florida, Estados Unidos.
El logro es el resultado de años de investigación y desarrollo tecnológico obtenidos a través de la confluencia de los más distinguidos profesionales de las universidades públicas del país que trabajan en la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae) y la empresa sociedad del Estado, Investigaciones Aplicadas (Invap). La industria espacial argentina es un modelo que trascendió los Gobiernos y que, gracias al ingenio local, es ejemplo para otras actividades tecnológicas del país.
Este hecho de enorme trascendencia nacional, impactará de lleno en la agroindustria tucumana. Mariano Garmendia, secretario de Innovación y Desarrollo Tecnológico de Tucumán, destacó que “trabajamos en convenios para utilizar herramientas de la Conae para conocer indicadores de la humedad de los suelos, los recursos hídricos, mapas de rendimiento para analizar prácticas de cultivo y áreas sustentables. Estudios y planificación de áreas urbanas, entre otras aplicaciones”.
Si bien en la zona central del país, en la pampa húmeda, hay una trayectoria en el trabajo agropecuario con información satelital, esto no tuvo su réplica en el noroeste argentino salvo en la industria citrícola: “No estamos acostumbrados a la agricultura satelital en el norte argentino. Sí en el limón pero creo que hay un potencial importante para su aplicación en otros cultivos. Esto también sirve para la gestión de áreas protegidas como el Parque Nacional Aconquija. Esto abre posibilidades de trabajo y permitirá exportar esta tecnología desarrollada a partir de empresas autogestionadas que son del Estado”.
Por su parte, el decano Miguel Cabrera, ingeniero electricista y doctor en Física de la Atmósfera con una larga trayectoria científica en el país como en el exterior, explicó que el satélite fue diseñado para la observación de la superficie terrestre: “Es considerado un satélite grande porque tiene tres toneladas. Porta un radar de apertura sintética. El satélite fue lanzado y alcanzó su órbita polar a 600 km de altura”.
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