La iniciativa asoma casi como una utopía, pero todos los factores comprometidos en este desafío aseguran que no van a descansar hasta lograr su objetivo: ejecutar con recursos propios la nueva traza de la ruta nacional 65, que va desde Cochuna (Alpachiri) hasta Andalgalá (Catamarca).
Este planteo surge como idea de reflotar un viejo proyecto impulsado por la Dirección Nacional de Vialidad (DNV) hace nueve años atrás. El objetivo central, de los dirigentes empresarios del sur provincial, es cristalizar un viejo anhelo de tramitar una salida de la producción del NOA hacia los puertos de Chile, a través del Paso de San Francisco.
Según el plan, se reduciría sensiblemente la distancia que se recorre actualmente desde “La Perla del Sur” hasta Andalgalá: alrededor de 37 kilómetros menos. Además alcanzaría el nivel de categoría 3, es decir con curvas y pendientes aptas para transportes pesados. Las cuestas de Las Lenguas y La Chilca, de pendientes muy pronunciadas, quedan excluidas del nuevo recorrido. De esta forma, se espera que el corredor repercuta con un impulso en el desarrollo de la economía regional.
Desde Concepción hasta Puerto Caldera (Chile) por la ruta 65 se recorrería alrededor de 700 kilómetros. Casi la mitad menos de lo que demanda llevar la producción al puerto porteño. Miguel Rojano, presidente de las Fuerzas Vivas del Sur, le aseguró a La Gaceta que “entusiasma el hecho de que se puede lograr una salida a los mercados asiáticos a través de los puertos de agua profunda de Chile”.
“Se trata de una especie de patriada, mediante la cual empresarios, agricultores y particulares se comprometen a aportar recursos propios para comenzar a construir la nueva traza de la 65, primero desde Aconquija o Las Estancias hasta el empalme Villa Ville (Andalgalá), de un recorrido de 40 kilómetros”, comentó Rojano. Explicó que “el actual tramo a abordar corresponde a la ruta provincial 48” y “el que se piensa ejecutar pasaría a ser la ampliación de la 65, que llega ahora hasta el límite con Catamarca”.
Pero, ¿cómo se avanzaría sin recursos económicos asegurados? En concreto la institución tucumana ya tiene a disposición al menos 10 máquinas viales cedidas por el propio Rojano, por los empresarios Francisco y José Vargas, Bruno Petech, Julio y José Jais, Eduardo y Luis Rojano, entre otros.
Pero este aporte, se sabe, es mínimo frente a las erogaciones millonarias que demandarían los trabajos. Las Fuerzas Vivas no disponen de un presupuesto definido, ni dinero garantizado. Por eso admiten que el Estado de alguna manera va a tener que comprometerse con la iniciativa.
“Cada máquina insume por día 300 litros de combustible. Y hay operarios que tenemos que contratar. Esto es lo básico. Pero de alguna manera hay que demostrar que el proyecto se puede ejecutar”, apuntó Paola Frías, coordinadora. En lo inmediato y en el afán de comenzar a reunir dinero las Fuerzas Vivas se propone abrir una cuenta bancaria para acreditar las colaboraciones que se comprometieron a brindar productores y empresarios.
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