Las pequeñas y medianas empresas que venden su producción al comercio minorista tienen serios problemas con la imparable carrera del dólar. Las que financiaron a sus clientes a 90 días, están comenzando a cobrar cheques de operaciones pactadas con una cotización de $24 por unidad, y ahora tienen que reponer materias primas con la divisa a $32. La diferencia es pérdida que no se puede descargar en ningún lado. Si aumentan los precios, caen las ventas.
Ese fue uno de los reclamos que escuchó el ministro de la Producción, Dante Sica, junto con el secretario de Industria, Fernando Grasso y el de Emprendedores y Pymes, Mariano Mayer, de directivos de 30 cámaras de los sectores considerados "sensibles". El encuentro se llevó a cabo en la sede de la Confederación General Empresaria de la República Argentina (CGERA), en Bolivar al 400. "Somos el jamón del sandwich", graficó el titular de la entidad Marcelo Fernández. El empresario explicó que la diferencia de $8 que existe entre lo que venden y compran "la ponemos nosotros".
Este grupo de empresas tienen como proveedores a grandes firmas internacionales que tienen "dolarizados" sus precios, según describió el empresario, dueño de la fábrica de cierres Linsa. Con serios problemas de cobranzas, cuando tienen que vender sus cheques ante los bancos están pagando tasas de 41% a 44%.
Durante el encuentro, los empresarios le entregaron a Sica un proyecto de ley, que constituye un aporte más a las propuestas que está recabando el ministro para elaborar una actualización de la Ley Pyme recientemente aprobada y acordaron sumarse al Consejo Federal Pyme que discutirá la nueva norma.
Las pyme de este segmento coinciden en que para salvar el momento, en que la economía parece derrumbarse, es necesario reactivar el consumo interno. Para ellos, los planes Ahora 12, Ahora 18, Ahora 6 y Ahora 8, no están funcionando. "Hay que volver a los planes de financiamiento del Gobierno a los consumidores", consideró Fernández. Entre los directivos de CGERA existe la expectativa de que el Gobierno les otorgue mayor visibilidad a estos programas con tarjetas de crédito.
Más allá de que la devaluación del peso le impuso un freno a la competencia del importado, el mayor problema que enfrentan ahora es la caída del consumo. Un directivo de una cámara comentó que "ahora la gente usa los $1000 que antes le sobraban para pagar la luz y el gas".
Como el Gobierno prevé que en agosto los números de la actividad sean los peores desde que arrancó el mandato de Mauricio Macri, apuran un plan de reactivación.
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