Después de un comienzo de año auspicioso, desde el salto del dólar que se produjo en mayo las ventas de autos vienen en baja y ya ni las fuertes bonificaciones que realizan fabricantes y concesionarias logran atraer a los clientes. Junio cerró en baja y fue el primer mes en mucho tiempo que daba números en rojo. Julio tampoco viene bien. "La industria se cayó y la boleteada (las ventas reales) está planchada" describió un alto directivo de una concesionaria.
Según datos de patentamientos de ayer, las operaciones caían 17,6% respecto a igual cantidad de días del mismo mes del año pasado. A diferencias de otras veces, los vendedores de 0 km no creen que la situación se revierta en los últimos días del mes alentado por los descuentos y los "autopatentamientos". Esta es una operación que realizan las concesionarias para poder cumplir con los objetivos que imponen las fábricas y recibir incentivos comerciales.
El abultado stock que tienen las agencias hace imposible seguir sumando unidades sin compradores. El costo financiero de tener ese dinero inmovilizado es muy grande. "El actual nivel de tasas hace inviable la actividad económica" advirtió el dueño de una concesionaria.
A esto se suma que, una práctica que hasta hace poco tiempo era excepcional ahora se está generalizando: vender autos a pérdida. Esto se hace para tener flujo de dinero para afrontar los gastos fijos de las empresas, más en este mes en el que hubo que afrontar el pago del aguinaldo.
"Se están dando situaciones cada vez más habituales como que, para concretar una venta, se realice por abajo del precio de reposición generando una descapitalización del vendedor", aseguró a este diario el gerente de una concesionaria líder.
Los importantes descuentos que se realizan a los 0 km (van del 10% al 30% según se trate de marcas nacionales o importadas) ya no alcanzan porque los autos subieron muy fuerte por la suba del dólar. Las estrategias varían. En algunos casos, las rebajas se hacen a través de un porcentaje respecto al valor del vehículo, un monto fijo o la cotización del dólar por debajo del precio del mercado.
En muchos casos, en lo que va del año, los incrementos de los 0 km superan 25% por lo que la bonificación apenas compensa la inflación automotriz.
Esto se produce en un contexto en el que muchos consumidores todavía no recibieron los aumentos salariales de paritarias y deben asumir ajustes de alquileres, prepagas, colegios, alimentos y demás bienes lo que hace que su poder adquisitivo esté reducido respecto a comienzos de año.
Tampoco atrae la buena oferta financiera, con propuestas de tasa de 0% o por debajo de cualquier interés del mercado, ya que la incertidumbre económica es más determinante que el mejor señuelo.
Lo particular del momento actual es que ya no quedan segmentos que escapen a la crisis. De hecho, las estimaciones de patentamientos para este año que, en enero eran de 945.000 unidades, ahora se ubican en 875.000, según un informe del economista Santiago Manoukian. Esto sería un retroceso de 7% respecto al nivel alcanzado niveles en 2017.
Los vehículos más económicos fueron los primeros en sentir el impacto de la caída de la demanda pero ahora el parate llega también a la alta gama o premium. En algunos casos, se debe directamente a que la suba del dólar encareció los valores medidos en pesos pero también la existencia del Impuesto Interno - que busca gravar los modelos de mayor precio- está paralizando las operaciones de algunos modelos.
Ayer se conoció que Toyota dejaba de comercializar en el mercado interno el modelo más caro de SW4 que se produce en el país. Honda volvió a fijar el precio en dólares de la CR-V, después de haberlo puesto en pesos el mes pasado para evitar que la devaluación la hiciera pagar este gravamen. Un importador explicó ayer a este diario que "liquidó" el stock que tenía de un modelo de SUV de alta gama y no hará nuevos pedidos a la casa matriz porque no tiene mercado al precio que se tendría que vender.
La cúpula de ADEFA -que ayer visitó al ministro Nicolás Dujovne- se pidió que suba el valor imponible de este tributo porque desde hace meses afecta a vehículos de producción nacional. Todavía no hay definición. Si bien se trata de modelos que están por arriba del millón de pesos, revela que la parálisis del mercado no diferencia entre autos caros o baratos, si es que un 0 km de $300.000 -que se ubica hoy entre los más accesibles- se puede considerar así.
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