La empresa Salta Refrescos SA, embotelladora de Coca-Cola, concretó la compra de parte del ingenio Bella Vista a la firma cordobesa José Minetti e Hijos, en una operación estratégica valuada en US$ 30 millones. La transacción refuerza la integración vertical de la embotelladora en su cadena de suministro de azúcar, clave para la producción de bebidas.
Según el sitio La Voz, la compra incluye la planta industrial azucarera, los bienes de uso y la incorporación de unos 600 empleados al nuevo esquema productivo. Minetti, por su parte, conservará la destilería y la planta de bioetanol, así como las marcas de azúcar envasado Fronterita, Dul-C y Bella Vista.
El acuerdo contempla un contrato de maquila mediante el cual Minetti garantizará la provisión de caña de azúcar hasta el año 2032. Está previsto que entregue unas 270.000 toneladas por zafra, distribuidas en cinco tramos por campaña, a partir de tierras propias, arrendadas o administradas. Además, colaborará con la adquisición de caña a terceros para asegurar el volumen necesario de molienda.
Del total de azúcar producido, el 40% será destinado a Salta Refrescos para su uso industrial, mientras que el 60% quedará para Minetti, que lo comercializará en el canal minorista. Las melazas generadas también serán adquiridas por Minetti para ampliar su producción de bioetanol, con la posibilidad de duplicar su capacidad si se incorpora materia prima del ingenio Famaillá, también controlado por la embotelladora.
El monto de la operación supera los US$ 30 millones, de los cuales 2 millones serán depositados en una cuenta judicial para garantizar el pago a acreedores del concurso preventivo de Minetti. El resto se destinará a capital de trabajo, inversiones en activos y cancelación de pasivos.
Cabe destacar que Salta Refrescos SA pertenece a Arca Continental, una multinacional mexicana que es la segunda mayor embotelladora de Coca-Cola en el mundo. La compañía tiene operaciones en varios países, incluidos México y Estados Unidos.
Este acuerdo no solo implica una transferencia patrimonial, sino un compromiso conjunto para garantizar la sustentabilidad ambiental, la continuidad industrial y el fortalecimiento del sector sucroalcoholero del NOA. Ambas empresas deberán cumplir con normas ambientales, laborales y de seguridad, y asegurar el origen sostenible de la caña utilizada en la producción.
En caso de ser necesario, las partes solicitarán la autorización de la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC) para validar la transferencia bajo los términos de la Ley 27.442. También se prevé un mecanismo de restitución del inmueble si no se aprueba la operación de forma judicial o administrativa.
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