Guadalupe Martiarena es una joven emprendedora argentina. Pero también Guadalupe Martiarena es el nombre representativo que eligió para identificar a su proyecto. Su propuesta vincula el diseño independiente con el sello de autor a través de carteras, bolsos y accesorios de cuero que en los últimos dos años empezaron a llegar masivamente a Tucumán, el crecimiento de su empresa estuvo estrechamente vinculado a capacitaciones específicas en lo que hace a la administración y a la vinculación con grupos de ayuda a emprendedores.
Al pensar en el lugar en el que hoy se encuentra y volver a sus orígenes, Guadalupe se sincera: “Mi proyecto nunca surgió como un plan de negocios, nunca me había propuesto sacar una marca de cuero. Lo mío surgió por el hacer”.
Ese hacer casi espontáneo necesitó sin embargo de un acompañamiento, de un complemento de esa “escasez de formación de empresa” que ella misma hoy reconoce. Y lo encontró en Empresas del Mañana (EDEM) no a través de las redes sociales, una gacetilla o una nota de prensa, sino por el poder del boca a boca. “Una amiga me sugirió vincularme con INICIA y luego el equipo me recomendó realizar este programa”, recuerda.
Las necesidades que el proyecto de Guadalupe tenía en ese momento seguramente distaban de las de otros emprendedores. En ello radica una de los principales potenciales del programa de la organización: la diversidad de áreas de negocios a trabajar para cada proyecto, todas singulares, todas igualmente necesarias. La joven, que combina la tradición y la novedad a través de un nuevo lenguaje en marroquinería en cuero, recuerda algunas de las dimensiones que más la identificaron en aquel entonces: “Analizábamos la parte administrativa de cada proyecto, los costos y los gastos, pero fundamentalmente íbamos definiendo lo que significaba cada parte de la empresa”.
Para un emprendedor que busca formarse a través de un programa de estas características, la clave se encuentra en la modalidad de aprendizaje. Así también lo considera la arquitecta quien define a EDEM como “un programa profundo de aprendizaje, pero que no te aburre”. Según la profesional, el hecho de que en cada encuentro se trabaje una dinámica diferente le otorga una dinámica particular, llevadera y entretenida. “Es la medida justa entre una propuesta intensiva y un vuelo de pájaro”, define.
Hoy Guadalupe Martiarena se define por su distinción en diseño de autor, a partir del trabajo con cueros de primera selección –que analiza y redescubre en el taller de monturas de su padre- y el empleo de mano de obra especializada para reivindicar un oficio que se creía casi perdido en el país. Tras su paso por EDEM, su creadora logró uno de los aspectos más importantes del crecimiento de un proyecto: delegar, confiar en otras personas para la realización de distintas tareas al interior de la empresa. Así el área administrativa está a cargo de un contador, y otra persona se ocupa de la tienda donde se ofrecen los productos con una atención personalizada y acorde a la necesidad de cada cliente. Esto le permite poder mirar el proyecto desde otro lugar, apostando a la mejora de la calidad y el crecimiento.
Pese a los años que pasaron desde su participación en el programa, Guadalupe insiste en la idea de resaltar que EDEM es un disparador: “Hasta el día de hoy sigo implementando herramientas que aprendí durante las clases. Es algo que se incorporó a mi dinámica sea porque yo lo necesite desempeñar o para poder capacitar a otra persona dentro del equipo”.
Con una propuesta de productos en cuero de múltiples tamaños, texturas y diseños, Guadalupe Martiarena se consolida como marca de autor en el país. La presencia latente de los conocimientos y prácticas adquiridas durante el programa en su proyecto motivan a Guadalupe a inspirar a otros para sumarse a la nueva edición: “¿Por qué participar? Porque EDEM te ayuda a profesionalizar cualquier emprendimiento, sea que recién comiences o ya tengas un recorrido, en ambos casos ayuda a hacer de tu emprendimiento una empresa”.
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