La economía viene golpeando el bolsillo de los argentinos desde mediados del año pasado. Los tucumanos no son la excepción a la regla y las erogaciones económicas colapsan cualquier análisis. Consciente de esta situación, de que los aumentos estuvieron por encima de la inflación general, el flamante ministro de Salud, Ginés González García ya pidió a los laboratorios nacionales y extranjeros que bajen los precios de los medicamentos.
La intención gubernamental es retrotraer los precios a valores del 1° de octubre pasado y congelar desde diciembre hasta marzo el aumento de los mismos. El Gobierno saliente había intentado un acuerdo similar y fracasó, ante la resistencia de las empresas que adujeron una disparada de los costos por efecto de la devaluación y la inflación.
En el esquema del Gobierno del presidente Alberto Fernández, la recuperación del poder adquisitivo se logra por vía directa con aumentos de ingresos, o por estas estrategias de morigerar el impacto de los precios. El segmento de medicamentos es particular porque se incrementaron en forma notable desde la devaluación post-PASO, del 12 de agosto último.
Cabe remarcar que los precios de los 50 principales medicamentos consumidos por adultos mayores registraron un aumento promedio de 8,7% durante octubre, alertó un informe del Centro de Economía Política (CEPA). Los jubilados integran uno de los sectores más golpeados en la Argentina ante la aceleración de la inflación y la consecuente pérdida de poder adquisitivo, un hecho reconocido por datos oficiales.
El análisis elaborado por el CEPA indicó que en octubre los medicamentos tuvieron un ajuste de casi 9%. "Si se considera el caso de los diez medicamentos que más aumentaron en el mismo período, el incremento alcanzó el 15,7%, con casos de subas de hasta un 21,9%", apuntó el estudio. Calculó también que la inflación de los medicamentos entre mayo de 2015 y octubre de 2019 el alcanzó 457% en lo que se refiere al Valor de Venta al Público y de 297% en el Precio a los Afiliados a PAMI. Se trata así de una situación "crítica" dado que "el poder adquisitivo de la jubilación mínima se retrajo 23,4%" en ese mismo período.
Como contracara de los incrementos de precios, la magnitud de la crisis se reflejó en el cierre de más de 70 farmacias a nivel nacional que hubo desde enero de este año, lo que implicó una pérdida de empleo superior a las 800 personas, junto a un fenómeno que preocupa a los farmacéuticos: la precarización laboral.
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