En Lonera Córdoba, la clave del éxito empresarial está en los productos de calidad y en la buena atención al público

Tarde agitada y con movimiento de clientes en el negocio, algo típico en los comercios tucumanos después de las 18 horas un día de semana. La impronta de las telas se siente al entrar al local, aunque la atención de sus dueños es mucho más típico en Lonera Córdoba que en otros locales.

Pablo Adad es el encargado de recibirnos y lo primero que nos muestra es a su padre volcado a la atención al público. “Mi papá trabaja desde los doce años y, desde que se inició con este comercio, él empeñó todo su tiempo al mismo” aclara.

Todo comenzó con la llegada de Saad, el abuelo de Pablo, que llegó a nuestro país, proveniente desde Siria, en busca de un mejor futuro. Se casó con Jazum y juntos tuvieron ocho hijos, quienes con forjaron lo que hoy es un negocio líder, con marca registrada, en telas en nuestra provincia.

Proveniente de una familia humilde, que comenzó con un almacén de productos varios en la localidad de 7 de Abril, Pablo reconoce heredar el trabajo de sus ancestros aunque admite también el esfuerzo y la dedicación que aplica hoy ya la tercera generación a cargo del negocio.

“Mi generación es la tercera, a la que les tienen más miedo porque, en los libros, es la generación que funde el negocio” exclama mientras se ríe irónicamente. “Si aprendés y copiás un poco lo que te enseñan los padres y le das dedicación y sacrificio el negocio siempre funcionará” afirma quien, junto a su hermana Carolina, abrieron y están a cargo del local ubicado en Yerba Buena.

Sin embargo, es consciente del impacto favorable que puede generar el cambio generacional en la empresa. “El gran cambio está en profesionalizarla a la empresa en mi generación y lograr dar ese salto para que permita también tener una vida fuera del negocio e incluso hacer negocio fuera del negocio mismo. Dentro una oficina o en la calle hablando con otras personas se pueden abrir un abanico de posibilidades de hacer negocios” asegura Pablo.

Como todo hombre de negocio, no pudo evitar hablar de la actualidad económica que atraviesa el país y lo hizo con bastante optimismo. “En este momento hay gran incertidumbre económica. A pesar de que nosotros no vendemos un producto de primera necesidad, te diría que las ventas no bajaron considerablemente respecto al año anterior, hay meses peores o mejores que nosotros ya lo conocemos dentro de todo” indicó.

Llega el momento de la sesión fotográfica y Pablo posa firme y sonriente en unos de los rincones del local. “Papá es medio arisco para la foto, vamos a ver si logramos que acceda” dijo, y así fue, logramos que Amado, el padre, se aleje del mostrador por un segundo y acceda, como lo hizo su hijo, a posar para la cámara.

Quedó tiempo para que Pablo reconozca la labor de toda su gran familia y resalte el gran trabajo en equipo que llevan a cabo junto a su mamá Liliana, su hermana y su padre.

“Dicen que se vienen seis meses difíciles, sin embargo siempre tengo la mirada positiva. Una crisis no puede anular tu capacidad para seguir trabajando y gestionando la empresa. Creo que la clave del éxito está en brindar producto de calidad y buena atención a la gente, manteniendo esos dos pilares y con honestidad se logra que cualquier empresa en general pueda llegar al éxito o mantenerse en buen estado” concluye Pablo, que nos despide cordialmente y e inmediatamente se ocupa nuevamente de negocios.