El Banco Central de la República Argentina (BCRA) trabaja en los detalles finales para habilitar pagos en dólares con tarjetas de débito dentro del país. Esta medida busca darle mayor dinamismo a la economía y permitir que los 22.165 millones de dólares ingresados por el blanqueo puedan ser utilizados sin necesidad de conversión a pesos. Se espera que la normativa entre en vigencia en febrero.
Cómo funcionará el sistema
Los pagos en dólares se harán directamente desde cuentas bancarias en esa moneda, sin necesidad de cambios a pesos. Para ello, los comercios que deseen aceptar esta modalidad deberán contar con cuentas en dólares habilitadas.
Una de las modificaciones clave en la regulación es la posibilidad de exhibir los precios en ambas monedas en igualdad de condiciones. Actualmente, la normativa obliga a que los precios en pesos sean los principales, con los valores en dólares en caracteres menores.
Sin embargo, la implementación del sistema no será inmediata. La adaptación tecnológica y bancaria podría llevar tiempo, y la decisión de aceptar o no pagos en dólares dependerá de cada comercio.
Impacto en la compra de autos y materiales de construcción
Tanto el sector automotor como el de la construcción ya operan, en muchos casos, con pagos en dólares, aunque de manera informal. La oficialización de este mecanismo podría facilitar transacciones y aportar mayor seguridad jurídica a las operaciones.
En el caso de la compra de vehículos, las concesionarias analizan si el nuevo sistema podría agilizar las ventas o si la financiación en pesos seguirá siendo la opción más conveniente para los clientes. Actualmente, una gran parte de las adquisiciones en el sector automotriz se realizan con planes de cuotas en pesos, lo que podría limitar la adopción de los pagos en dólares.
Por su parte, el rubro de la construcción podría beneficiarse especialmente en la compra de materiales, ya que muchas operaciones ya se realizan en dólares. Empresas de corralones y distribuidoras de insumos evalúan cómo integrar este nuevo método de pago dentro de sus sistemas de facturación y gestión.
En el sector de electrodomésticos, se trabaja en la adaptación técnica necesaria para implementar esta alternativa, mientras otras compañías evalúan cómo podría integrarse al modelo de negocio actual, que depende en gran medida del financiamiento en cuotas.
Desafíos y expectativas
A pesar de la expectativa generada, el sistema enfrenta algunos desafíos. Uno de ellos es la competencia con la financiación en cuotas en pesos, que sigue siendo una opción atractiva para los consumidores. Además, existen cuestiones regulatorias y fiscales a resolver, como el tratamiento del impuesto al cheque y los posibles costos adicionales por operaciones en dólares.
El BCRA proyecta que la puesta en marcha del sistema a partir de febrero será progresiva. Tanto las empresas emisoras de tarjetas como los adquirentes (los que proveen las terminales POS) aseguraron estar listas para comenzar en cuanto se publique la normativa. Sin embargo, prefieren esperar hasta garantizar una adhesión significativa por parte de los comercios.
En los próximos meses se conocerá el impacto real de esta medida en el mercado y cuán dispuestos están los consumidores a optar por esta nueva modalidad de pago.
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