La lluvia no cesa y la cara de los organizadores del décimo cumpleaños del Portal de Tucumán está más gris que el cielo tucumano. La carpa VIP desborda de invitados, que se acercan a la mesa de sushi, disfrutan la presentación del espumante de Chico Zossi, la bodega más vieja de la provincia. Los más recatados reciben con timidez los pebetes de los mozos y con alegría los tragos que ofrecen las bellísimas promotoras de Campari.
Tras varias idas y vueltas, las encargadas de relaciones institucionales del Shopping y de Llorente y Cuenca, la empresa a cargo de la cuenta del Portal, empiezan a relajarse, el cielo da una tregua, el maestro Ángel Mahler deja de pasearse nervioso y empieza a caminar hacia bambalinas, el show está por comenzar. La torrencial lluvia es una tenue llovizna que hace innecesarios los paraguas de las promotoras.
La batuta se mueve en el aire y la música de la Orquesta dirigida por Mahler llena hasta el último espacio del estacionamiento del centro de compras. Los acordes bailan entre la gente boquiabierta, la fiesta está completa la lluvia cesó, la platea está completa y la alegría es absoluta. Los organizadores suspiran, lo que parecía un día pasado por agua se ilumina y la música parece convertirse en un sol de noche.
Sobre el final de la noche la orquesta prepara su gran final, los organizadores también, todo anticipa que será un cierre espectacular y en nada defrauda las expectativas. Los fuegos de artificio convierten, por unos segundos, la noche en día. Terminó el cumpleaños, los aplausos coronan el esfuerzo, todo es alegría y caras de “feliz cumpleaños”.
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