Dos empresas avocadas a la tecnología, en dos rubros distintos podrían empezar a cambiar la historia de la producción de trigo en la provincia de Tucumán. Una, es Nidera, una empresa semillera que distribuye su producto en el norte y centro del país, la otra es Taguay, una empresa de drones que ahora presta servicios para empresa agropecuarias.
La idea de este emprendimiento es que las aeronaves no tripuladas recorran los campos y recaben información que luego será analizada por distintos especialistas que asesorarán a los productores de la provincia y de los otros lugares donde se lleve a cabo este proyecto.
"El uso de drones y de información georreferenciada viene creciendo en agricultura y resulta de gran utilidad", explicó Ignacio Beltramino, director comercial de Nidera Semillas.
"Los productores podrán con los datos proporcionados por los drones más la información satelital, actuar sobre problemas de densidad, ambiente o fertilización", afirmó y destacó que "a muchos les sirvió para entender mejor sus campos: había un productor que decía que su lote era una tabla, cuando en realidad tenía una pendiente hacia uno de los lados".
El proyecto, según publicó un matutino porteño, se llevará a cabo durante de tres años y demandará una inversión de aproximadamente 1.500.000 dólares.
"El nivel de detalle al que se puede acceder con este tipo de tecnologías es muy superior a lo que estamos acostumbrados a ver con satélites. A partir del mapa de ambientación de índice verde se puede visualizar el vigor del cultivo, manchones de malezas o la georreferencia de ambientes estresados", consideró el gerente de Taguay. Los resultados ayudarán a tener un mejor diagnóstico que, sumado a la agricultura de precisión, permitirá optimizar el uso de insumos y maximizar los rindes.
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