La viticultora Silvia Gramajo contó sobre sus comienzos en la producción y cuidado de vinos en nuestra provincia y de qué manera le hace frente a las crisis económica.
“Empecé hace 15 años en el corazón del Valle Calchaquí, Colalao del Valle a plantar y nuestro primer vino salió en el año 2014. Trabajo en un viñedo pequeño de casi tres hectáreas donde realizo prácticas amigables con el medio ambiente, valorizando el cultivo orgánico, sin pesticidas, comprendiendo los ciclos de la naturaleza a los que venero como los ciclos lunares tan importantes para las plantas como para todo ser viviente,a lo que se ha denominado últimamente biodinámica, que son ni más ni menos que adaptarse a las estaciones y su devenir”, comentó.
“La viñas de altura tienen un clima óptimo. Aquí en Bodega y Viñedos Luna de Cuarzo, se producen dos cepas. El torrontés que es de Argentina, y la Malbec que es francesa pero que se adaptó en nuestra tierra y hoy Argentina es sinónimo de Malbec. Tenemos una línea tradicional que es Faustino del Pozo y la línea Bio con trece Malbec y el cosecha tardío Desata”, señaló.
Se consultó a Gramajo en qué lugar vende sus vinos y si, tanto la producción como la distribución de su producto fue afectado por las crisis económica. “ Los productos se venden en restaurantes y vinotecas de Tucumán, aunque haría falta que los tucumanos conocieran la calidad de vinos de altura del valle y pudieran difundir como productos regionales de gran calidad. En otras provincias aunque el costo de flete es carísimo y esto impide el envío con el costo adicionado al cliente, comentó.
“Obvio que la crisis afectó al sector,casi al borde de desaparecer.Las economías regionales sufrieron este descalabro negando la importancia de la actividad para el sector social y productivo”, afirmó.
Por último, la especialista brindó su visión respecto a lo que se viene en el sector económico de su rubro. “Tengo todas las esperanzas en ver crecer y desarrollar este sector que tiene un futuro promisorio como los vinos de altura y de gran calidad reconocidos en el mundo.
Llevará un tiempo afianzar las economías regionales pero tengo la seguridad que será un crecimiento sostenido a valorar el trabajo y la inserción de los emprendimientos del lugar. Hay un gran potencial enoturístico en esta ruta 40 y, en especial en el Valle Calchaquí. Pongo mi fe y esperanza en que así será”, finalizó .
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