Según Secco, el mayor desafío no es el contenido del plan, sino su implementación: la Argentina necesita reglas estables, datos confiables y un Estado capaz de sostenerlas en el tiempo.
Advirtió que, sin credibilidad, ninguna reforma logrará trasladarse al bolsillo de la gente ni generar el crecimiento que el país necesita.
Secco también remarcó que la sociedad está cansada de diagnósticos y que ahora demanda resultados concretos, previsibilidad y un horizonte claro para invertir y producir.
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