En las últimas horas, IN Tucumán accedió al testimonio de algunos proveedores que se manifestaron indignados con la empresa Garbarino que tiene como dueño al empresario Carlos Rosales.
La indignación por parte de los proveedores proviene desde el año pasado, en el mes de junio cuando habrían intentado gestionar el pago de sus facturas por servicios prestados y según ellos no han logrado ninguna respuesta. Asimismo, manifiestan que las pymes que habrían facturado sus servicios se habrían visto obligadas a pagar los impuestos sobre las mismas y ahora se acerca el momento de pagar ganancias, y es por ello que habrían comenzado a enviar cartas documento con posible inicio de acciones judiciales que buscarían llevar a la quiebra a la empresa.
Ante esta problemática, nuestro medio se puso en contacto con proveedores de la firma, donde todos coincidieron en que no les quedó otra que comenzar a reclamar a través de carta documento el pago de las facturas impagas ante la falta de respuesta de la empresa. Uno de ellos, que ha preferido mantener su identidad en anonimato sostuvo: “Nos costó muchos años conseguirlos como cliente, para ser proveedores de servicios de Garbarino pero no podemos poner en peligro nuestra empresa, desde junio que facturamos y esperamos el pago, en enero decidimos no facturales más y cortar el servicio porque venimos pagando impuestos sobre esas facturas sin recibir un peso”.
“El acuerdo que firmamos para ayudar a salir del concurso nos hizo perder el 50% del crédito a percibir, que cobraríamos en 3 años, no pudieron o no quisieron pagarlo. Estamos dispuestos a pedirles la quiebra, a nosotros ya nos hicieron perder mucho dinero”, manifestó un empresario de servicios financieros que también prefirió resguardar su identidad.
Se ha observado en los distintos medios nacionales todo lo que el empresario Carlos Rosales ha invertido para generar una imagen positiva con la adquisición de Garbarino, de hecho habló del crecimiento de su canal online como consecuencia de la pandemia, el cual le permitió aumentar su facturación en un 900%. No obstante, para Rosales las deudas no se pagan, se negocian y con mucha quita.
Por último, los bancos de primera línea de la provincia no estarían haciendo descuentos en facturas de Garbarino por su mal historial y pésimas perspectivas.
Acerca de Carlos Rosales
Rosales además de ser presidente de Garbarino, es protesorero del club San Lorenzo, dueño del restaurante Schiaffino Bistró, en Recoleta, de un hotel en Misiones, y presidente del Grupo Prof, que tiene su fuerte en los seguros.
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