“¿Compro dólares?”. “¿Va a seguir subiendo o va a bajar?”. “¿Conviene hacer un plazo fijo?”. Esas son sólo algunas de las preguntas que suele hacerse el argentino medio cada vez que puede ahorrar algo y quiere, al menos, protegerse de la inflación.
Con el dólar siempre en la cabeza y una escasa cultura financiera como para animarse a invertir en la bolsa o en un fondo común, el debate de siempre se divide entre el dólar o el plazo fijo.
Frente a estas alternativas, distintos analistas y economistas analizan las perspectivas de rentabilidad que ofrecen ambos activos para los primeros meses del año. Y el resultado es que hay cierto consenso en que, en el corto plazo, las tasas en pesos seguirán en niveles altos y no ven motivos para un salto del dólar, al menos hasta el segundo trimestre.
“Hoy la tasa es atractiva, sobre todo en la medida en que se espere un dólar relativamente calmo”, explica Martín Kalos, director de EPyCA Consultores, aunque no tarda en advertir que “cerca de mediados de año, con las elecciones y cuando empiecen a surgir dudas sobre el financiamiento de 2020 es probable que el dólar vuelva ser un refugio para los ahorristas locales”.
Hoy en día, según los últimos datos del Banco Central, los plazos fijos pagan una tasa de casi 42% anual para los depósitos menores a 100.000 pesos, lo que termina dando un rendimiento mensual de 3,5%. Para los grandes inversores, en tanto, con colocaciones de más de 1 millón, los bancos pagan poco más del 48% anual.
El dólar, en tanto, cerró diciembre con una caída mensual de 0,6%, aunque en todo el año duplicó su valor. “Es impredecible lo que puede pasar con el dólar. Por cobertura, históricamente en los últimos días de cada mes sube y también pasa lo mismo en los últimos días del año. Y en las últimas dos ruedas de 2018 perdió más de 2%”, grafica un operador bursátil.
“Creo que va a seguir habiendo un par de meses de tasas altas en los plazos fijos. El minorista puede llegar a tener un verano con buenas tasas en pesos”, sostiene Santiago López Alfaro, socio y director de Delphos Investment, aunque prefiere escapar de la dicotomía dólar/tasa.
“Preferimos recomendar una cartera más balanceada y depende de cada persona. Si es para alguien que piensa en los ahorros de toda su vida mi opinión es que tiene que estar más dolarizado”, agrega.
“A la luz de los aumentos que se vienen para el primer trimestre creo que las tasas en pesos van a seguir altas. Eso da una garantía de un alto rendimiento. Siempre y cuando el dólar no pegue un salto”, comenta Nery Persichini, gerente de inversiones de GMA Capital.
Según el último Relevamiento de Expectativa de Mercado (REM), la encuesta que mensualmente elabora el Banco Central entre más de 50 consultoras bancos y analistas financieros, para fin de enero la tasa de referencia (la de Leliq a 7 días) se va a ubicar en torno al 55,6% anual y en los últimos días de febrero bajará a 53,6% anual.
En el mismo relevamiento, que se realizó en los últimos días de noviembre, el precio del dólar mayorista cerrará enero cotizando a $40 y febrero, más cerca de $40,80. Hay que tener en cuenta, de todos modos, que estos analistas preveían que la divisa finalizaría el año a $39,20, cuando en realidad quedó en $37.
Para Kalos, en 2019 habrá tres momentos en que, a priori, podrían motivar una demanda adicional sobre el dólar que meta presión a la cotización. Primero, en abril, en los días previos a que entren los dólares de la cosecha gruesa. “Ahí, estacionalmente suele darse cierta escases relativa de dólares que siempre generó algún un salto en la divisa”, explica.
Luego, al ritmo de las encuestas y a medida que comiencen a perfilarse los candidatos para las elecciones estará la “cobertura por riego político”. Y el tercero será cuando “el mercado empiece a inquietarse sobre el financiamiento del 2020”, destaca el economista, que cree que estos dos últimos se darán comenzado la segunda mitad de 2019.
Invertir en un plazo fijo puede ser negocio, pero sólo en el corto plazo, y estando muy atento a cualquier recalentada del mercado de cambios. Un consejo: comenzar a diversificar más las invesiones. Un dato estadístico: nunca un Gobierno devaluó el peso en un año electoral. ¿Será este el primero?
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