Fundador de la constructora que siempre soñó tener, Rubén Rojkés se describe como un fabricador y generador nato de nuevos productos. En el marco del ciclo "Conociendo Empresarios de la Mano de Fundación del Tucumán", el empresario a cargo de Avanco dialogó con IN Tucumán y detalló cómo fue su inicio en el mundo de los negocios con una experiencia previa que casi lo lleva a desarrollarse en otro país.
“Me recibí de ingeniero civil en el año 1988 con buen promedio. Comencé a buscar trabajo en varias constructoras de Tucumán y Buenos Aires (mi novia estaba ahí en ese momento) pero no conseguía trabajo. En esa época muchos profesionales se iban de la Argentina, época de los médicos y taxistas en la Argentina. Busqué y conseguí una oportunidad de trabajo muy buena en México”, detalló.
Luego, el empresario contó que se casó en el año 1989 y se fue de luna de miel a ese país, justamente para conocer la opción de trabajo. “Volvimos entusiasmados para irnos del país, para organizarnos e irnos, pero vengo de una familia familiera que hizo fuerza para que nos quedemos, que la cosa iba a mejorar y nos quedamos a pelearla”. señaló.
“Mis padres inmigrantes tenían un pequeño negocio textil en la calle 24 de Septiembre al 100 y les agradezco siempre que me dieron la oportunidad de sumarme a su pequeña tienda, aunque yo sabía que tenía que ayudarla a crecer porque era la única opción de poder vivir, si no crecía no podría yo vivir de ahí. Y eso hice, ayudé a darle un gran empuje para que crezca. Guardé mi título de ingeniero, me puse detrás del mostrador, salía al interior a vender y ganar clientes (conocía todas las ferias de la provincia), y comencé a fabricar ropa. Tenía mi marca propia y empezamos a vender al por mayor, importábamos también”, afirmó.
El trabajo con la familia le dejó un buen recuerdo y una buena escuela para el futuro en el mundo de los negocios. “Armamos un buen equipo con mis viejos. Aprendí a trabajar con ellos, a vender, a administrar. Armé mi marca de vaqueros, camisas, camperas, me pude comprar mi casa, mi auto, pude ahorrar y comenzamos a crecer. Le agradezco tanto a mis viejos que me dieron esa oportunidad del primer trabajo para ‘poder parar la olla’ y aprendí mucho de ellos, especialmente de mi viejo con el cual aprendí a vender”, comentó.
“Uno, como ingeniero, se forma mentalmente muy rígido y me costaba muchísimo hablar con un cliente, vender, pero aprendí y esos años en la calle 24 de Septiembre, en ese negocio, fue mi mejor MBA que podía haber hecho en la vida. Esa experiencia me sirvió mucho para armar Avanco. Yo tenía en mi cabeza hacer lo que hago ahora: construir, desarrollar y vender mis propias construcciones, eso era lo que yo realmente quería. Gracias a Dios lo busqué, la peleé y se me dio”, añadió.
Luego, explicó que su primer edificio fue en la calle San Luis 77 de Pb y dos pisos sin ascensor y tan solo 11 departamentos. “Ahí empezó esta empresa que no paró nunca más. En mi segundo edificio ya armé mi oficina de ventas, con la arquitecta Viviana Perosa que me acompaña desde ese entonces y con la cual seguimos trabajando juntos. Logré armar un buen equipo que me acompaña, de buena gente y muy capaz. Hoy se me sumaron mis tres hijos varones que tienen un potencial enorme. Los tres son profesionales muy buenos: Diego es arquitecto, Martín ingeniero industrial y Joaquín también arquitecto recién recibido”, precisó.
“Muchos años hice las dos cosas, el rubro textil y la construcción, pero en el año 2000 me dediqué solo a la construcción y en el año 2001, gracias a un cliente y amigo que es asesor agropecuario, Avanco compró un campo en Salta y comencé a aprender esa actividad que también me encanta. Hoy, con mis hijos, empezamos a desarrollar en ese campo la parte ganadera y nos está apasionando también. Estamos aprendiendo y haciendo las inversiones necesarias que son bastantes importantes, agregó.
Pero la incursión no se detiene allí y añadió: “En el año 2004 compramos un empaque de limones y exportamos a varios países (yo quería buscar una actividad exportadora en Tucumán) pero fue una mala experiencia económica. Era una actividad para dedicarle tiempo completo y no estaba dispuesto a hacerlo, así que la deje porque me absorbía mucho tiempo de la constructora. Sin embargo, ese empaque de limones, fue un buen negocio inmobiliario para mí, conocí mucha gente que terminó siendo cliente mío en el rubro inmobiliario. Todas las experiencias sirven. No existen los fracasos sino las experiencias”.
Sin dudas que la elección personal de Rojkés responde a una pasión muy arraigada a él. “Me apasiona lo que hacemos en Avanco, disfruto cada emprendimiento que en algún momento solo fue un espacio de tierra en el que soñamos un producto a construir, lo diseñamos, lo construimos, lo vendemos y financiamos. Me da satisfacción y me gusta todo lo que sea producir (fabricar ropa, construir, producir en el campo). No me divierte solo el comprar y vender, me encanta fabricar y producir, eso está en mi sangre. La satisfacción más grande es cuando nos vuelven a comprar, porque significa que estamos haciendo muy bien las cosas y disfrutamos mucho ese reconocimiento”, deslizó.
¿Cuál es la clave para mantener perdurable un negocio?
Para ser perdurable en el tiempo en cualquier empresa o profesión, el secreto es muy sencillo:
1) Saber hacer lo que haces (ser idóneo, capacitarse)
2) Querer hacer lo que haces (por ahí sos idóneo pero no tenés las ganas de hacerlo ni el empuje y la constancia)
3) Ser ÉTICO en lo que haces. Como decía un profesor chileno con el que hice un curso hace muchos años: ”Sino, a la larga te pillan“. Y me gustó mucho esa definición.
Vengo además de unos padres que me enseñaron y me inculcaron que cuide siempre el apellido, el buen nombre, porque uno en los negocios le puede ir bien o mal, pero con un buen nombre siempre se vuelve a empezar. Eso lo tengo marcado a fuego en mi vida. En los negocios, un buen nombre es un capital económico inmensurable que siempre hay que cuidar. No entiendo los negocios de otra forma.
4) Hoy le sumaría un cuarto secreto, que por más trillado que suene es real, y es que no hay fracasos, hay aprendizajes y hay que tomarlo así, siempre nos podemos equivocar pero hay que refregarse y seguir, ver la parte positiva de lo que falló y aprender de los errores. Para eso hay que ser mentalmente fuerte. No hay muchos más secretos.
¿Cómo definirías a la comunidad de negocios de Tucumán? ¿Es difícil emprender en la provincia?
Tucumán tiene empresarios muy pujantes en muchas actividades. Muchos de ellos muy fuertes y con perfiles muy bajos. A muchos los aplaudo de pie por sus logros. No es fácil emprender. Al tener una economía con alta inflación y no tener fáciles líneas de crédito para la producción, para los desarrollos inmobiliarios y de otro tipos de empresas también, más la casi inexistente línea de crédito hipotecario para los consumidores finales, sumado a los lerdos procesos de aprobación de los trámites para aprobar cualquier desarrollo, no se hace fácil emprender. Habría que mejorar eso y ayudar más a los emprendedores, que hay muchos y buenos, con alto potencial.
Ahora hablemos del empresario de la construcción privada, el empresario de los desarrollos inmobiliarios. Creo que no se valora realmente lo que genera en la sociedad (visto desde la mirada del Estado).
Una empresa como Avanco genera trabajo para más de 300 familias de forma directa, sin contar lo que genera en forma indirecta y en el comercio de la provincia. Cada obra que iniciamos es una fábrica. Ni hablemos lo que generamos a nivel de recaudación para el Estado porque, a modo de ejemplo, cuando compramos una tierra sin desarrollar. Esa tierra paga un impuesto inmobiliario muy bajo (por ejemplo de una finca de limones) y a ese padrón lo convertimos en, por ejemplo, 500 padrones inmobiliarios con valores urbanos y no agrícolas ya. Es decir que el aporte que le generamos al Estado es exponencial, y la mayoría de las veces toda la infraestructura la aportamos los desarrolladores en forma privada y la donamos al Estado que comenzará a cobrar por su uso, corriendo el empresario con todos los riesgos del negocio. El mismo análisis para un edificio que construimos.
A veces dudo mucho si se valora. Creo que sí se valorara, tendríamos trámites más ágiles para aprobar un proyecto, otros tiempos más acotados, en muchos casos más respeto hacia los profesionales de una empresa en algunas reparticiones, bajar algunos impuestos distorsivos que tiene esta actividad productiva que mueve mucho la economía y que no tienen otras actividades productivas. Te diría que esa es la parte un poco frustrante de la actividad. Creo mucho en la sinergia del Estado y los empresarios para el desarrollo de un país, de una provincia. Cuando existe esa sinergia, los países crecen y se genera riqueza y calidad de vida.
¿Cuál es el rol del empresario y es valorado por la sociedad?
A nivel de la sociedad en general sí nos sentimos valorados, por eso el éxito que venimos teniendo en nuestros emprendimientos desde hace muchos años.
Uno compra una propiedad por tres razones:
1) Porque la necesito para vivir, para usarla.
2) Porque busco una revalorización a futuro.
3) Porque busco una renta.
El punto dos y tres es mayor o menor dependiendo de la etapa del país en que estemos. Hoy es muy fuerte el punto 2. El que invierta hoy en Tucumán en buenas propiedades ganará mucho dinero. Pero hay que comprar buenas propiedades, eso es: a) buenas ubicaciones, b) buena calidad de la construcción para que perdure en el tiempo y c) el respaldo de una empresa sólida.
Somos la opción de inversión de las personas con excedentes de dinero de otras actividades que ya conocen que en la Argentina comprando buenas propiedades nunca se equivocan. Y somos la opción de inversión para todos, para que el día de mañana puedan tener una jubilación tranquila, sin sobresaltos.
¿Qué consejos le darías a aquellos tucumanos que están pensando en emprender o iniciar algún negocio?
-Que le pongan pasión y constancia a lo que emprendan.
-Que algunos golpes no son caídas.
-Que se mentalicen y piensen que quieren vivir de eso y que lo tienen que hacer funcionar.
-Que nunca dejen de aprender, que sean curiosos y miren y aprendan.
-Si ven que algo no anda, no tengan miedo a cambiar y acomodarse rápido.
Es un país con muchos vaivenes económicos que hay que aprender a jugar en él, pero también genera muchas oportunidades. Si le ponen pasión a lo que hacen lo van a disfrutar, por más que siempre habrá cosas que no gustan o les gustaría que sean distintas. La vida es así. Yo hoy veo más oportunidades de trabajo que cuando yo me recibí.
¿Cuáles son las perspectivas económicas de cara a fin de año? ¿Adónde estará la clave para salir airosos, económicamente hablando, este 2021?
De más está decir que es otro año atípico por la pandemia, que creo que nadie la paso bien. A todos nos afectó, nadie se salvó de alguna tristeza porque perdió a un ser querido, porque no pudo trabajar, porque estamos asustados por no enfermarnos, o estábamos encerrados en viviendas que no estábamos cómodos. A todos nos tocó algo, nadie se salvó.
Pero cada vez que tenemos crisis me acuerdo de mis viejos y abuelos inmigrantes que se bajaron del barco sin un peso, sin idioma, dejando familias diezmadas muchas veces y ESOS SÍ que la pasaron mal. Cuando pienso en eso, automáticamente me pongo de nuevo en modo positivo, proactivo, con esperanzas y con sueños.
Yo amo Tucuman, amo a la Argentina y sigo apostando fuerte a esta hermosa provincia, generando cientos de puestos de trabajo y ayudando a miles de tucumanos a mejorar su vida, a mejorar su hogar o a generar la oportunidad de un trabajo. Ese es un motor grande en mi vida. Yo sé lo que es no tener trabajo, sé lo que es no poder acceder a una vivienda y por eso respeto y valoro a cada cliente que viene a la empresa. Algunos con los únicos ahorros que tienen y confían en uno, quizá sea la única operación inmobiliaria que hagan en su vida muchos de ellos, y eso para mí no tiene precio, siento que no podemos fallarle.
Como dice nuestra frase desde hace muchos años: "Construimos Estilo de Vida“ y lo hacemos con mucha pasión.
AL TOQUE
-Un proyecto: el edificio Casamagna
Fue un gran desafío hacer el edificio Casamagna en la calle Virgen de la Merced al 100. Era una estructura de hormigón de 25.000 m2 (ex UCIT) que estuvo abandonada 30 años y ocupaba la mitad de la cuadra. La compramos, remodelados todo el proyecto a las necesidades inmobiliarias actuales, aplicamos mucha ingeniería para ello (fue presentado en un congreso de ingeniería en Brasil) y fue un proyecto tremendamente exitoso. Fue una ingeniería compleja desde el armado legal, la arquitectura, la ingeniería aplicada y la comercialización.
Nuestro edificio ONE también nos llena de orgullo. Como me dijo un amigo de Buenos Aires que sabe mucho de esto, "si a ONE lo levantamos y lo llevamos a Miami, o Punta del Este, no desentona.
-Un desafío: Seguir con la pasión que tengo hoy toda la vida y siempre aprendiendo cosas nuevas, no tan solo en la construcción
-Un líder: Golda Meir
-Una sociedad que admire: A ninguna en especial admiro en todo, para nada. Si creo que me adaptaría a vivir en algunas ciudades de EE. UU. pero más por el clima de negocios y estabilidad, no para criar a mis hijos. Me gustó criar a mis hijos en Argentina. Yo valoro y amo mucho a la Argentina y Tucumán.
-Un recuerdo: Comprar mi primer dúplex de dos dormitorio y primera vivienda
-Un sueño: Que en la Argentina de una vez por todas estemos bien, con líderes que ayuden a mejorar este país que tiene todo para estar bien realmente.
-Un placer: Viajar y conocer
-Una comida: Soy muy del asado con amigos y familia. Lo disfruto
-Una bebida: El vino Tinto
-Un libro: Hace poco leí “Crear o Morir “ de Andrés Oppenheimer. Lo recomiendo para ver cómo viene el mundo
-Una película: 100 metros
-Una serie: This is Us. La acabo de terminar de ver y me encantó.
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