Argentina logra abrir el mercado chileno para sus limones y consolida su perfil exportador en 2025

El ingreso de cítricos al país vecino representa un avance clave para el comercio exterior agroindustrial. Mientras tanto, persisten tensiones por las nuevas disposiciones sanitarias que afectan la exportación de carne.

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El Gobierno nacional consiguió una nueva apertura comercial que beneficia al complejo agroexportador argentino: el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) recibió la confirmación oficial de Chile sobre la autorización para el ingreso de limones frescos producidos en el país.

La comunicación fue emitida por el Servicio Agrícola Ganadero (SAG) chileno, que oficializó la medida a través de la Resolución Exenta N° 5040, en la cual “se establecen requisitos fitosanitarios para la importación de frutos frescos de limón (Citrus limón) para consumo, producidos y procedentes de Argentina”.

A partir de esta habilitación, los envíos de limón argentino deberán cumplir con un protocolo técnico acordado entre ambos países. Según lo señalado por el SAG, “los envíos deberán cumplir con el plan de trabajo acordado por ambos organismos para la exportación de frutos frescos de limón desde Argentina a Chile bajo un enfoque de sistemas de mitigación del riesgo de introducción de las plagas Phytophthora palmivora y Guignardia citricarpa”.

Desde el Poder Ejecutivo nacional destacaron que “esta apertura es el fruto de negociaciones llevadas adelante durante largo tiempo con Chile por el Senasa, la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca (SAGyP), dependiente del Ministerio de Economía de la Nación, y del Ministerio de Relaciones Exteriores”.

En lo que va del 2025, Argentina ya certificó la exportación de 142 mil toneladas de limón a mercados como Estados Unidos, Federación Rusa, Países Bajos y Grecia, entre otros. La incorporación de Chile como nuevo destino fortalece la diversificación comercial del sector citrícola argentino y potencia las exportaciones con valor agregado.

Sin embargo, este avance se da en paralelo a un conflicto sanitario que podría generar impactos negativos en otras ramas del comercio exterior. El Senasa formalizó recientemente la habilitación del ingreso de carne con hueso a la Patagonia, una medida que había sido postergada en busca de consenso con las provincias y los sectores productivos.

Como consecuencia, el SAG de Chile suspendió la importación de carne y animales reproductores provenientes del sur argentino, argumentando que la decisión de Argentina modifica los estándares sanitarios de la región patagónica, históricamente reconocida como libre de fiebre aftosa sin vacunación.

En consonancia, la Unión Europea expresó su preocupación por las nuevas disposiciones del Senasa. En una carta dirigida a las autoridades argentinas, señalaron que “la Comisión Europea podría considerar la posibilidad de realizar una auditoría de seguimiento a su debido tiempo, con el fin de verificar la continuidad y la eficacia de las garantías zoosanitarias de Argentina”, y agregaron que “la intención de Argentina de actualizar su legislación puede representar un cambio significativo” respecto de las condiciones previamente evaluadas.

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